El 10 de noviembre fue el día de la Cursa de la mujer en Barcelona.
Esta ha sido mi primera vez, y espero poder participar en los próximos
años, y no porque yo sea corredora, que oye, me encantaría, pero todavía no me
he puesto con ello, sino porque creo que merece poner tu granito de arena y si
además es de una forma tan divertida pues no hay manera de decir NO. Me la
anoto como cita anual.
Además de todo el montaje, que no es poco, para mi tienen un componente
emocional muy fuerte y es ver a tanta gente reunida por una causa tan noble. Esto
me pone los pelos de punta y los niveles de sensibilidad se me disparan.
Fue una auténtica marea rosa invadiendo las avenidas más céntricas de la
ciudad. Un total de 22.000 los dorsales oficiales, y muchísima gente
participando sin dorsal, hijos que acompañaban a sus madres, maridos, mascotas
y todo, todo el mundo con el rosa por bandera.
22.000 dorsales es una cifra importante y aún así conozco gente que cuando
quiso adherirse se habían acabado los dorsales.
Y aquí estamos el fantástico grupo de chicas con el que compartí recorrido.
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